Mesa redonda

Mesa redonda

La expresión literaria del trauma y de la locura supone un trabajo de escritura inmenso. En este sentido, traducir el trauma y la locura al español es una labor compleja. El traductor se enfrenta a lo implícito en el texto, a los silencios, a las palabras no dichas, a las grietas y fracturas, cuyas huellas lingüísticas son difíciles de seguir. Una confrontación que comporta, además, toda una serie de reflexiones sobre la traducción en la lengua meta de las designaciones identitarias, de las nociones culturales y de las modalidades de expresión de la visión del «Otro». Del léxico a la sintaxis, pasando por las figuras retóricas y la polisemia, ¿cómo transponer de una lengua a otra lo que queda en el inconsciente del texto? ¿Cómo decir en español, cuyos recursos difieren de los de las lenguas de origen, lo que duele, lo que lleva al borde de lo irracional, de la sinrazón?