Decidí reemprender la lectura de A la Recherche du temps perdu que tantas veces había dejado a medias. Busqué toda la información que pude. Y sobre todo me dejé guiar por el propio Proust y las sensaciones que la lectura de su libro me depara. Me fusioné con el tema, me mimeticé con el escritor y con su obra, con todo el respeto y las distancias.
Pinturas de Alvar Haro.